El fin de semana del Campeonato Mundial de Ironman 70.3 en Marbella, España, no fue uno más. Estuvo cargado de acción y dejó un montón de historias para analizar, tanto en la elite como entre los amateurs. Las carreras profesionales, con las mujeres compitiendo el sábado y los hombres el domingo, culminaron en un clímax emocionante en Andalucía.

La gran revancha de Lucy Charles-Barclay

La protagonista indiscutida fue la británica Lucy Charles-Barclay, quien se coronó campeona mundial de 70.3 por segunda vez, replicando su título de 2021. Lo notable de su victoria es el contexto: fue una verdadera remontada personal. Venía de un colapso duro en Hawaii y de sobrellevar un trauma familiar reciente.

“Llegando a esta carrera, la verdad es que no tenía mucha expectativa”, admitió la británica. “Se trataba de ver cómo respondía el cuerpo y tratar de disfrutar el circuito”. Charles-Barclay confesó que llegó a Kona “posiblemente en la mejor forma” de su carrera, pero todo salió mal. Esta vez fue diferente. “Todos los demás me habían descartado”, comentó. “No tenía presión, así que ver qué pasa fue bueno. Se siente súper especial volver a ganar un título mundial después de un par de años”.

Otros ecos de la elite en Marbella

La carrera masculina también tuvo su cuota de drama. Jelle Geens se llevó el bicampeonato, pero la victoria casi se le escapa de las manos cuando estuvo a punto de terminar en el asfalto en la primera curva del tramo de ciclismo.

Además, se supieron otras internas de la competencia. Taylor Knibb, por ejemplo, necesitó un permiso especial de las autoridades antidopaje para poder largar, a raíz de un tratamiento médico que recibió en Kona. Y aunque Kat Matthews y Kristian Blummenfelt no tuvieron el día que soñaban, el consuelo del premio de 200.000 dólares por la cima de las Pro Series seguramente ayudó a digerir la decepción. Por su parte, el estadounidense Seth Rider, el mejor de su país, se lamentó de haber seguido las reglas al pie de la letra en un inicio caótico del ciclismo.

Un campeón olímpico que no afloja

Pero Marbella no fue solo de los profesionales. En las categorías por edad, un nombre resonó fuerte: Greg Van Avermaet. El ex ciclista profesional, campeón olímpico de ruta en 2016 y ganador de etapas del Tour de France, demostró que a sus 40 años la nafta no se le acaba.

El belga, ahora dedicado al gravel y al triatlón, se quedó con el título mundial en su categoría de 40-44 años. Van Avermaet se había preparado a conciencia, entrenando bajo el sol español e incluso compartiendo un trote con la superestrella Mathieu van der Poel. El belga confesó sus dificultades: “Nadar en el mar, no estoy acostumbrado. En esa parte, se trata de elegir una buena posición. Por ejemplo, en Knokke nadé mal durante un montón de tiempo”, admitió.

Ya clasificado para el mundial de Niza 2026, Van Avermaet está evaluando sus próximos pasos. “Mi objetivo es ir reduciendo gradualmente las competencias y seguir solo a nivel recreativo”, le dijo al medio Het Nieuwsblad.

El desafío extremo de Shanda Hill en Taiwán

Mientras en España se definía el 70.3, en la otra punta del planeta, una atleta llevaba la resistencia a otro nivel. Shanda Hill, de Vernon, está compitiendo en el Ultra Triatlón de Taiwán y ya superó la primera parte: 38 kilómetros de natación.

Hill salió del agua después de poco más de 21 horas. “Tuvo algunos mareos por el movimiento en el agua, lo que la frenó un poco”, informó su equipo en Facebook. “Pero se mantuvo firme y lo logró”. Lo que le espera es demencial: primero, 1.800 kilómetros de bicicleta, y después, 422 kilómetros corriendo. Si lo completa, Shanda Hill se convertirá en la primera mujer en la historia en terminar 50 triatlones de distancia Iron en un solo año calendario.