Cuando Cristiano Ronaldo aterrizó en Riad, no se limitó a fichar por un club de fútbol; puso en marcha una empresa de escala soberana. Mientras la mayoría de los deportistas negocian mejores salarios, el portugués gestionó un estilo de vida que rivaliza con el presupuesto de pequeñas naciones. Tras una extensión de contrato masiva en 2025 que lo mantiene en el Al-Nassr hasta 2027, el ícono luso se ha convertido oficialmente en el primer multimillonario del fútbol, consolidando un estatus donde lo financiero y lo deportivo se entrelazan de forma inédita.
Cifras astronómicas y beneficios fiscales
El acuerdo de Ronaldo para permanecer en Arabia Saudita ha dejado atónito al mundo del deporte, siendo descrito a menudo como el más lucrativo de la historia. Su salario base ronda los 178 millones de libras anuales (aproximadamente 240 millones de dólares), una cifra que lo sitúa muy por encima de cualquier otro atleta en el planeta. A diferencia de los contratos europeos, jugar en Arabia Saudita le garantiza ingresos libres de impuestos, un beneficio financiero colosal que se suma a un paquete salarial ya de por sí exorbitante. Este acuerdo no es el típico contrato que solo cubre sueldo y prima de fichaje; es una estructura compleja con incentivos de rendimiento, lujos y participación accionaria.
Incentivos por rendimiento y lujos excéntricos
El contrato del portugués recompensa los resultados tangibles en la cancha, alejándose de la idea de pagar solo por su presencia mediática. Ronaldo se embolsa unas 80.000 libras por cada gol y 40.000 por asistencia, montos que aumentan en su segundo año. Además, existen primas colectivas: 8 millones de libras si el Al-Nassr gana la Saudi Pro League y premios adicionales por la Champions asiática. Fuera del campo, el club cubre los costos de un jet privado para él y su familia, además de proporcionar un equipo de 16 personas, desde chefs hasta seguridad, para su día a día. Recientemente, esto se complementó con la compra de villas de lujo en una isla privada del Mar Rojo, consolidando una vida de confort absoluto.
De jugador a copropietario del club
Quizás el punto más revolucionario de su estancia en Medio Oriente es que Ronaldo ha dejado de ser un simple empleado para convertirse en parte del negocio. Su contrato le otorga una participación aproximada del 15% en el Al-Nassr, una movida que alinea su rendimiento en el campo con el éxito comercial de la institución a largo plazo. A sus 40 años, y gracias también a los millonarios acuerdos de patrocinio que atrae su marca personal, Cristiano ha transformado un contrato futbolístico en un hito financiero global, construyendo un ecosistema económico propio.
La grieta que divide al fútbol mundial
Sin embargo, a pesar de los récords financieros y la construcción de este imperio en Arabia, la discusión sobre quién es el mejor de todos los tiempos sigue vigente en las ligas más competitivas. Antoine Semenyo, una de las figuras más codiciadas de la Premier League actual, se encontró recientemente en la encrucijada de este debate. El delantero del Bournemouth, que ha despertado el interés de gigantes como el Manchester City, Liverpool y Chelsea gracias a sus ocho goles y tres asistencias esta temporada, no dudó cuando se le pidió elegir entre los dos astros que han dominado el fútbol moderno.
Una elección contundente pese al respeto
En medio de rumores de transferencia y con una cláusula de rescisión que ronda los 88 millones de dólares, Semenyo fue consultado sobre su preferencia entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Su respuesta fue tajante y resonó con fuerza, especialmente entre los hinchas de ciertos clubes ingleses. “Messi, al cien por ciento”, afirmó el atacante de 25 años. Aunque se encargó de aclarar que no busca menospreciar los logros “increíbles” de Ronaldo, su postura fue clara: “Nunca minimizo lo que ha logrado Ronaldo, pero personalmente soy fanático de Messi”. Incluso con el portugués rompiendo barreras económicas en Arabia y el argentino en la MLS, la rivalidad individual más grande del fútbol moderno se niega a desaparecer, y las nuevas generaciones de estrellas siguen tomando partido.