
Crecen, se acercan de a poco a la adultez, pero siguen disfrutando del fútbol con la pasión y la frescura de su edad. Claudio Echeverri y Franco Mastantuono viven un sueño compartido: jugar en la Primera de River Plate. Mientras transitan este desafío, el futuro de ambos promete grandes cambios, pero su presente sigue marcado por el talento y la alegría.
En el caso de Echeverri, atraviesa sus últimos meses en Núñez antes de que el City Group tome una decisión sobre su futuro a partir de enero. Mastantuono, por su parte, ha despertado el interés de los grandes clubes europeos y se ha convertido en la nueva joya del fútbol argentino. A pesar de la atención que generan y de los desafíos que tienen por delante, los jóvenes afrontan la previa de una etapa clave con la tranquilidad y la confianza que los caracteriza. Este jueves, lo demostraron en un entretenido entrenamiento en Ezeiza.
Ambos regalaron un verdadero espectáculo de calidad con pases largos de precisión milimétrica y controles técnicos dignos de cracks. El video de su demostración no tardó en viralizarse en las redes oficiales del club, acumulando miles de reproducciones y comentarios de los hinchas, ansiosos por verlos nuevamente en la cancha tras la pausa por la fecha FIFA.
Si bien en los últimos partidos han competido por un puesto en el equipo titular, ambos mantienen una gran relación y un sueño en común: conquistar América vistiendo la banda roja.
“La Copa Libertadores es el objetivo principal y el sueño que todos tenemos. Se vive con mucha energía y hay mucho entusiasmo en estos días de preparación. Sabemos que es una competencia muy importante, River estuvo cerca de ganar su quinta en los últimos años y creo que tenemos el plantel para lograrlo este año”, expresó Mastantuono en una reciente entrevista con ESPN.
Por su parte, Echeverri dejó en claro su gran aspiración: “Mi mayor sueño como jugador es vestir la camiseta de la Selección Mayor y ganar una Copa Libertadores con River”. Una declaración contundente que refleja su ambición y el deseo de dejar una huella en el club antes de dar el próximo paso en su carrera.
El presente de ambos jugadores es ilusionante, y aunque el futuro pueda depararles nuevos destinos, hoy disfrutan del fútbol con la pasión de siempre y con la esperanza de escribir su nombre en la historia grande de River Plate.